jueves, 29 de abril de 2010

Santa Catalina de Siena


"Muero de pasión por la Iglesia"



Teniendo a Dios como amigo,

vivirás en la luz de la fe,

con esperanza y fortaleza,

con verdadera paciencia y perseverancia,

todos los días de tu vida

Nunca estarás solo,

y nunca temerás a nadie ni a nada,

porque encontrarás tu seguridad en Dios.

Gracias, Padre Eterno, gracias.

Tú no me has abandonado a mí, que soy la obra de tus manos

Tú no me has dado vuelta la cara,

ni has despreciado mis sentimientos.

Tú que eres la Luz, has aceptado mi oscuridad.

Tú, el gran médico, has sanado mis enfermedades.

Tú que eres la Vida, no me has dejado morir.

Tú que eres la Sabiduría, no te has ido a causa de mi necedad.

Tú, al contrario, me has rodeado

de Tu bondad y de Tu Amable Misericordia

y me has nutrido

con el amor por Ti y por el Prójimo.

Gracias Padre Eterno, gracias.

Amen.

Santa Catalina de Siena

lunes, 26 de abril de 2010



Espíritu Santo,

eres el alma de mi alma,

te adoro humildemente.

Ilumíname, fortifícame,

guíame, consuélame.

Y en cuanto corresponde al plan

del eterno Padre Dios,

revélame tus deseos.

Dame a conocer

lo que el Amor Eterno desea en mí.

Dame a conocer

lo que debo realizar.

Dame a conocer

lo que debo sufrir.

Dame a conocer

lo que silencioso,

con modestia y en oración,

debo aceptar, cargar y soportar.

Sí, Espíritu Santo,

dame a conocer tu voluntad

y la voluntad del Padre.

Pues toda mi vida

no quiere ser otra cosa

que un continuado y perpetuo SI

a los deseos y al querer

del eterno Padre Dios.

Amén.



martes, 13 de abril de 2010

Poema al Espíritu Santo


¿Quién eres tú, dulce luz que me llena
e ilumina las tinieblas de mi corazón?
Tú me conduces como la mano de una madre
y si me soltaras,
no sabría dar un solo paso.
Tú eres el espacio
que envuelve todo mi ser y lo cobija en ti.
Abandonado de ti, me hundiría en el abismo de la nada
de donde lo has sacado para levantarlo hasta la luz.
Tú, más próximo cercano a mí
que no lo estoy yo de mí misma,
más íntimo que lo más profundo de mi alma,
y sin embargo inalcanzable e inefable,
más allá de todo nombre,
¡Espíritu Santo, Amor eterno!

¿No eres Tú el dulce maná
que del corazón del Hijo
fluye en el mío,
alimento de los ángeles y de los bienaventurados?
Él, que ha pasado de la muerte a la vida
también a mí me ha desvelado desde el sueño de la muerte a una vida nueva.
Y día tras día
me sigue dando una vida nueva
la plenitud de la cual un día me inundará toda entera,
vida de tu vida, sí, Tú mismo,
¡Espíritu Santo, Vida eterna!


Santa Teresa Benedicta de la Cruz [Edith Stein] (1891-1942),
carmelita descalza, mártir, copatrona de Europa.