eres el alma de mi alma,
te adoro humildemente.
Ilumíname, fortifícame,
guíame, consuélame.
Y en cuanto corresponde al plan
del eterno Padre Dios,
revélame tus deseos.
Dame a conocer
lo que el Amor Eterno desea en mí.
Dame a conocer
lo que debo realizar.
Dame a conocer
lo que debo sufrir.
Dame a conocer
lo que silencioso,
con modestia y en oración,
debo aceptar, cargar y soportar.
Sí, Espíritu Santo,
dame a conocer tu voluntad
y la voluntad del Padre.
Pues toda mi vida
no quiere ser otra cosa
que un continuado y perpetuo SI
a los deseos y al querer
del eterno Padre Dios.
Amén.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario