lunes, 16 de agosto de 2010

Cuanto más te separes de las cosas de la tierra,
más te acercarás a las del cielo
y más encontrarás las riquezas de Dios.
El que sabrá morir a todo, encontrará vida en todo.
Apártate del mal, haz el bien, busca la paz (Sl 33,14).
El que se queja o murmura no es nada perfecto, ni tan sólo buen cristiano.
Es humilde el que se esconde en su propia nada y sabe abandonarse a Dios.
Es pacífico el que sabe soportar al prójimo y soportarse a sí mismo.
Si quieres ser perfecto, vende tu voluntad y dala a los pobres de espíritu,
después vuélvete hacia Cristo para obtener de él la suavidad y la humildad,
y síguele hasta el Calvario y el sepulcro.

San Juan de la Cruz

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