sábado, 23 de junio de 2007

Gilbert Keith Chesterton (1874-1936)

F.V.D.

“La iglesia nos pide que al entrar en ella nos quitemos el sombrero, no la cabeza”
“La mediocridad, posiblemente, consiste en estar delante de la grandeza y no darse cuenta”

Fue un escritor inglés que cultivó el ensayo, la narración, la biografía, la lírica, el periodismo y el libro de viajes.
Nació en Campden Hill en Londres el 29 de mayo de 1874, en el seno de una familia de clase media, y fue bautizado en una pequeña iglesia anglicana llamada St. George, por tradición familiar más que por creencia de sus padres.
Edward a una edad no muy avanzada tuvo un problema cardiaco, por lo que debió abandonar el negocio familiar, pero continuaba percibiendo una renta de él. Fue entonces cuando se pudo dedicar tranquilamente a su jardín, y a la literatura y el arte.

Tanto Edward como Marie Louis no eran devotos creyentes, y ambos aceptaron bautizar a Gilbert, más que nada por una especie de presión social, ya que ellos se podrían definir como ”librepensadores” al estilo de la época victoriana. Al bautizarlo, más que cumplir con una obligación religiosa, lo que estaban haciendo era, para ellos, cumplir con una tradición, tanto familiar como social. Joseph Perace señala: “La <> no era la de la Iglesia, sino la del convencionalismo”

Chesterton fue un hombre grande, media 1 metro con 93 centrimetros y pesaba alrededor de 134 kilos. Ello dio paso a una anécdota famosa. Durante la Primera Guerra Mundial una mujer en Londres le preguntó a G.K. por qué no estaba "afuera en el Frente"; a lo que este replicó, 'Si usted da una vuelta hasta mi costado, podrá ver que sí lo estoy"

Su educación se iniciaría en la preparatoria “Colet Court”, en 1881, su enseñanza en aquel lugar duró hasta 1886, y en enero de 1887 ingresó a un colegio privado de nombre “St Paul” en Hammersmith Road. Gilbert describiría el sistema educativo, o mejor dicho, lo que el opinaba de este como "ser instruido por alguien que yo no conocía, acerca de algo que no quería saber" Luego estudiaría dibujo y pintura en la "Slade School of Art" (1893-1896), se volvió diestro como dibujante y más adelante llegó a contribuir con ilustraciones tanto para sus propias obras, como "Barbagrís en Escena" cuanto para los libros de su amigo Hilaire Belloc.

Durante esta época se interesó por el ocultismo. En su Autobiografía señala que dentro del grupo de los que realizaban espiritismo, ocultismo o “juegos con el demonio”, él era el único de los presentes que realmente creía en el demonio.

Luego de un periodo de autodescubrimiento, se retiró de la Universidad sin alcanzar un título, y comenzó a trabajar en diferentes periódicos. Trabajó como editor de literatura espiritista y teosofía, asistiendo a reuniones de este tipo.
En su juventud se volvió agnóstico "militante". En 1901 contrajo matrimonio con Frances Blogg, anglicana practicante, quien ayudó en un principio a que G.K. se acercara al cristianismo.

Siguiendo con la defensa a su renovada creencia, cada vez se adentraba más y más en los escritos Patrísticos y otros por el estilo. Durante el año 1921 Chesterton no publicó ningún libro, pero si se dedico mucho al periódico “The New Witness”. Durante esa época mantuvo una constante correspondencia con Maurice Baring, el Padre John O’Connor y el Padre Knox, quienes lo ayudaron mucho a ir de a poco cambiando su pensamiento anglo-católico hacia la fe que ellos, todos conversos a su vez al catolicismo, profesaban. Y terminó por convertirse a la Iglesia Católica Romana, a la cual ingresó en 1922.

En su búsqueda de la verdad se toparía con diversos obstáculos, pero siempre iría con una mentalidad abierta y no se detendría ante estos muros a no ser que estuviera convencido de que debía derribarlos para poder continuar con su búsqueda: Siempre antes de romper un muro hay que preguntarse por qué lo han construido en primer lugar.

Sobre las críticas al conservadurismo de la Iglesia Católica Chesterton diría que no quiere una Iglesia que se adapte a los tiempos, ya que el ser humano sigue siendo el mismo y necesita que lo guíen:

“Nosotros realmente no queremos una religión que tenga razón cuando nosotros tenemos razón. Lo que nosotros queremos es una religión que tenga razón cuando nosotros estamos equivocados...”

En un ensayo titulado "¿Por qué soy Católico?" se refiere a la Iglesia de Roma de la siguiente forma:

“No hay ningún otro caso de una continua institución inteligente que haya estado pensando sobre pensar por dos mil años. Su experiencia naturalmente cubre casi todas las experiencias, y especialmente casi todos los errores. El resultado es un mapa en el que todos los callejones ciegos y malos caminos están claramente marcados, todos los caminos que han demostrado no valer la pena por la mejor de las evidencias; la evidencia de aquellos que los han recorrido.”

El influjo católico lo recibió por diferentes partes. Sir James Gunn pintó un cuadro en el que aparecen Chesterton, Hilaire Belloc y Maurice Baring (los tres amigos que comparten la mesa y también la filosofía y las creencias), al que tituló "The Conversation Piece" (La Pieza de Conversación). La mayor influencia se dio a través de un párroco llamado John O’Connor, en quien Chesterton se apoyó. Decía Chesterton que sabía que la Iglesia Romana tenía un conocimiento superior respecto del bien, pero jamás pensó que tuviera ese conocimiento respecto del mal, y fue el Padre O’Connor quien, en las largas caminatas que realizaban juntos, le demostró que él, conocía el bien tal cual como G.K. suponía, pero que además conocía la maldad, y estaba muy enterada de ella, principalmente gracias al Sacramento de la Penitencia, ya que allí escuchaba tanto cosas buenas cuanto cosas malas.

La conversión de Chesterton al catolicismo causó revuelo semejante a la del Cardenal John Henry Newman en su momento, y luego la de Ronald Knox (que casualmente pronunció más tarde la homilía en su Misa de Réquiem).
Maisie Ward en su Biografia sobre Gilbert escribiría que durante la ultima convalecencia de éste, en sus sueños, en un estado semi consciente dijo: “El asunto está claro ahora. Está entre la luz y las sombras; cada uno debe elegir de qué lado está”

El 12 de junio, se encontraba con el E.C. Bentley, y más tarde llego el párroco Monseñor Smith para ungirle con los Santos Óleos. Tras la partida de éste apareció el Reverendo Vincent McNabb quien entonó el “Salve Regina” junto a la cama del convaleciente que se encontraba inconsciente, en su Biografía, Joseph Pearce señala que el Padre McNabb <<…vio la pluma de Chesterton sobre la mesilla de noche y la cogió y la besó>>

Chesterton murió el 14 de junio de 1936, en su casa en Beaconsfield, Buckinghamshire, luego de agonizar varios días postrado en su cama y rodeado por su señora Frances y su secretaria Dorothy.
Distributismo

Gilbert Keith y Cecil Chesterton con Hilaire Belloc fueron los pioneros en el desarrollo del distributismo, una tercera vía económica, diferente al capitalismo y al socialismo cuya base se encuentra en la Doctrina Social de la Iglesia, y se basaron en aquella época, principalmente en la encíclica del Papa León XIII, Rerum Novarum.

En 1926 Chesterton e Belloc lograron por fin darle forma a un proyecto que venían ideando desde hace bastante tiempo. La forma de este proyecto era una sociedad, o mejor dicho, una liga, a la cual llamaron “Liga Distribucionista”; los grandes ideólogos de ella fueron este inglés y el franco-inglés más el Padre Vincent McNabb. La gran promoción de la Liga se dio mediante el periódico de Gilbert llamado G.K. Weekly (El semanal de G.K.), en la primera reunión de la liga Gilbert fue nombrado Presidente, cargo que mantuvo hasta su muerte. Al poco tiempo, como señala Luis Seco en su Biografía del autor: <<…se abrieron secciones de la Liga en Birmingham, Croydon, Oxford, Worthing, Bath y Londres>>

Posteriormente esta teoría siguió su desarrollo en manos de Dorothy Day y Peter Maurin, y su mayor defensor en los últimos tiempos fue E. F. Schumacher

(Chesterton con George Bernard Shaw and Hilaire Belloc)

Chesterton escribió alrededor de 80 libros, varios cientos de poemas, alrededor de 200 cuentos e innumerables artículos, ensayos y obras menores. Al comienzo de su carrera se hizo conocido por sus artículos periodísticos, y dio un gran salto cuando publicó su primera novela “El napoleón de Notting Hill” , la cual inspiró a Michael Collins en su defensa irlandesa ante los ingleses. A ésta le siguieron otros libros de crítica, como "Dickens" (1906) y "G.B. Shaw" (1909). Iba perfilando así sus opiniones, que exponía con un aire acentuadamente polémico y no exento de humor. Combatía todo lo que consideraba errores modernos: al racionalismo y al cientificismo oponía el sentido común y la fe; a la crueldad de la civilización industrial y capitalista, el ideal social de la Edad Media. "Ortodoxia" (1908) es la historia de su evolución espiritual (que más tarde lo llevaría al seno de la Iglesia Católica), y también su esfuerzo apologético de "La Esfera y la Cruz" (1910). Su actitud ante los problemas sociales la definió en "Qué está mal en el mundo" (1910). De 1908 data su novela más conocida, El hombre que fue Jueves, una alegoría sobre el mal y el libre albedrío. En 1912 compone La balada del caballo blanco, extenso poema épico sobre el rey Alfredo el Grande y su defensa de Danes en 878, y del cual C. S. Lewis sabía muchos versos. J. R. R. Tolkien, que en su juventud lo consideraba excelente, en una carta a su hijo comenta que lamentablemente G. K. Chesterton, con toda la admiración que le merecía, no conocía nada sobre lo nórdico. De 1925 es El hombre eterno, que versa sobre la Historia del mundo, y está divido en dos partes, la primera trata sobre la humanidad hasta el año 0 y la segunda desde ese año en adelante. Este libro nació como reacción a uno publicado por H.G. Wells sobre la Historia de la Humanidad, al cual, tanto Chesterton como Belloc, le criticaban que de sus cientos de páginas, las dedicadas a Jesús eran ínfimas. Algunos afirmaron que El hombre eterno fue su libro más trascendente a causa de su influencia en literatos como C.S. Lewis y Evelyn Waugh.


“El optimista cree en los demás y el pesimista sólo cree en sí mismo”

“Hay algo que da esplendor a cuanto existe, y es la ilusión de encontrar algo a la vuelta de la esquina”

"El silencio es la réplica más aguda."

“El sabio es quien quiere asomar su cabeza al cielo, y el loco es quien quiere meter el cielo en su cabeza"

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