martes, 7 de octubre de 2008

Santa Teresa Benedicta de la Cruz

La Eucaristía

“Vivir eucarísticamente significa salir de las angustias de la propia vida
y adentrarse en el horizonte infinito de la vida de Cristo.
Quien busca al Señor en Su casa,

no se preocupará tan sólo de hablarle de sí mismo
y de sus preocupaciones.
Empezará a interesarse de las preocupaciones del Señor.

La participación cotidiana en el Sacrificio eucarístico
nos arrastra, sin que nos demos cuenta"...





“Y el Verbo se hizo carne.
Esto se hizo realidad en el establo de Belén.
Y se cumplió plenamente de otra forma:
“El que come mi carne y bebe mi sangre tiene la vida eterna”.
El Salvador, que sabe muy bien que somos hombres,
y que permanecemos hombres,
que cada día tenemos que luchar con debilidades humanas,
viene en ayuda de nuestra humanidad de manera verdaderamente divina.
Así como el cuerpo terrenal necesita del pan cotidiano,
el cuerpo espiritual necesita de un sustento duradero.
“Este es el pan vivo bajado del cielo”.
Quien hace de Él su pan cotidiano
deja que se haga realidad cotidiana en sí mismo el misterio de la Navidad,
de la Encarnación del Verbo.
Y ese es el camino seguro para alcanzar el ser uno con Dios
y para crecer cada día con mayor fuerza y profundidad
en el Cuerpo Místico de Cristo.”

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