"Queridos jóvenes,
¿Vosotros queréis contemplar
la belleza del Rostro de Cristo?
No os lancéis a responder.
Antes que nada
haced silencio en vuestro interior.
Dejad que emerja,
desde lo profundo de vuestro corazón,
el ardiente deseo de ver a Dios,
un deseo a veces sofocado
por los ruidos del mundo
y por las seducciones de los placeres.
Dejad que en vosotros nazca este deseo
y experimentaréis la maravilla
del encuentro con Jesús.
El cristianismo no es simplemente una doctrina;
es un encuentro en la fe con Dios
hecho presente en nuestra historia
con la encarnación de Jesús."
En el Vaticano, 22 de febrero de 2004,
del mensaje para la Jornada Mundial de la juventud.
JUAN PABLO II
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