miércoles, 24 de octubre de 2007

Charles de Foucauld (1858-1916)

F.V.D.

"Apenas creí que había Dios, comprendí que debía vivir solo para Él. Mi vocación religiosa data de la misma hora que mi fe. ¡Dios es tan grande¡ ¡Hay tanta diferencia entre Dios y todo lo que no es Él!"

- LA NOCHE DEL DESIERTO

"Hay que pasar por el desierto y quedarse para recibir la gracia de Dios: allí uno se vacía, aleja de sí todo lo que no es Dios y vaciamos completamente nuestra alma para dejar todo el lugar a Dios solo... Los hebreos pasaron por el desierto: Moisés vivió allí antes de recibir su misión; San Pablo, al salir de Damasco, pasó por Arabia... Es indispensable...

Es un tiempo de gracia... Es un período por el cual toda alma que quiera dar frutos debe pasar necesariamente... Es necesario ese silencio, ese recogimiento, ese olvido de todo lo creado en el que Dios se establece, donde reina y forma en ella el espíritu interior... la vida íntima con Dios... la conversación del alma con Dios en la fe, la esperanza y la caridad..."

"Más tarde, el alma producirá frutos exactamente en la medida en que el hombre interior se habrá formado en ella..."


- LA EUCARISTÍA Y LOS POBRES

"...evangelización no por la palabra, sino por la presencia del Santísimo Sacramento, la ofrenda del divino sacrificio, la oración , la penitencia, la práctica de las virtudes evangélicas, la caridad , una caridad fraterna y universal, compartiendo hasta el último bocado de pan con cualquier pobre, con cualquier huésped, con cualquier desconocido que se presentara, recibiendo a cualquier humano como a un hermano bien amado".

Vemos cómo la Eucaristía se hace un bocado de pan para todos. Aquella presencia produce ésta. El pan que se adora lleva al pan que se comparte. La irradiación de la Eucaristía tiene el sabor del pan compartido y da la vida. Si aquella adoración no conlleva el compartir entre pobres, la luz se apaga y la tiniebla se adueña de nuevo.

Pero la Eucaristía, centro del apostolado, debe ser llevada a los hombres. No basta iluminar un lugar..

- "SI EL GRANO DE TRIGO NO MUERE..."

En la cooperación de la redención, sabe que la roturación del campo, que hay que realizar antes que todo otro trabajo, consiste en aniquilarse a sí mismo, dejándose abrasar por la llama del sacrificio.

"Ruegue usted por mí para que ame, ruegue para que ame a Jesús. Ruegue para que ame su cruz, ruegue para que ame la cruz, no por ella misma sino como medio, el camino único de glorificar a Jesús. El grano de trigo no da fruto si no muere".

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