Nace en Leningrado (actual San Petersburgo) en Rusia, el 1947. Se licencia en Filosofía y estudia Radiotécnica. Tenía proyectada una excelente vida profesional, militante del partido comunista y agnóstica declarada, cuando a los 26 años se convierte al cristianismo... después de leer atentamente el Padrenuestro. Su vida, hasta entonces, oscilaba entre las reuniones del partido soviético y las clases en la Universidad: pero era una vida insatisfecha: ni las reuniones del partido ni los ejercicios de yoga, que practicaba con frecuencia, llenaban su espíritu.
Fue, a través del Padrenuestro y su repetición mental durante seis veces, cuando sintió que una fuerza especial invadía su espíritu. Era algo inexplicable desde las tesis comunistas y desde la propaganda del materialismo ateo. Comprendió, de repente, que Dios existe. Ella misma nos lo explica en sus memorias:
`En aquel instante comprendí y capté el misterio del cristianismo, la vida nueva y verdadera. ¡Esta era la redención efectiva y auténtica! En aquel momento, todo cambió en mi. El hombre viejo había muerto. No sólo puse fin a mis valoraciones y ideas anteriores sino también a las viejas costumbres´ (cf. "Hablar de Dios resulta peligroso", 1984).
Fue, a través del Padrenuestro y su repetición mental durante seis veces, cuando sintió que una fuerza especial invadía su espíritu. Era algo inexplicable desde las tesis comunistas y desde la propaganda del materialismo ateo. Comprendió, de repente, que Dios existe. Ella misma nos lo explica en sus memorias:
`En aquel instante comprendí y capté el misterio del cristianismo, la vida nueva y verdadera. ¡Esta era la redención efectiva y auténtica! En aquel momento, todo cambió en mi. El hombre viejo había muerto. No sólo puse fin a mis valoraciones y ideas anteriores sino también a las viejas costumbres´ (cf. "Hablar de Dios resulta peligroso", 1984).
Una vez convertida al cristianismo, se confiesa y busca consuelo en el Cristo vivo de su fe. Inicia, con algunas mujeres, el primer movimiento femenino de la Unión Soviética inspirado en los valores evangélicos. Su vida adquiere sentido en el trabajo hacia los otros y en la expresión de su fe en la Iglesia Ortodoxa rusa.
(...) Tatiana Goritcheva considera, desde su pensamiento teológico vivo, que la sociedad materialista es, por definición, ateizante. Excluye radicalmente el diálogo con Dios, con el Ser transcendente. Llena al hombre de criterios cientistas y pragmáticos, y consigue extender un odio terrible en el corazón de las personas.
La pensadora rusa comprende la necesidad del cambio. ¿Por qué resulta peligroso hablar de Dios? Hace falta el cambio en el tiempo: una mentalidad nueva para unos tiempos nuevos, donde el ser humano aparte el horizontalismo materialista y se enfrente, con autenticidad, a su interior transcendente y vertical".
Desde el vacío del mundo oficialmente ateo: Texto completo
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